viernes, 25 de septiembre de 2015

LAS TEORÍAS SOCIALES



Por Le Sage

Tema del M4













 UN ESTUDIO METODOLÓGICO DE LA SOCIEDAD

 

La sociología es una disciplina que forma parte de las llamadas ciencias sociales. Su área de estudio comprende a todos los fenómenos  surgidos a partir de la asociación de los hombres en determinados puntos geográficos y marcos temporales. Pretende ser entonces una ciencia con enfoque en la realidad social- la sociedad y los individuos que la conforman- para analizarla e interpretarla. Y través de los tiempos, diferentes estudiosos han formado escuelas para ofrecer su muy particular versión acerca de lo que significa la sociedad y todas las manifestaciones relacionadas íntimamente con ella.

En esta entrada repasaremos algunas de las más importantes  teorías acerca del fenómeno social, las cuales    varían notablemente según la  óptica y metodología  del investigador de que se trate. Sería interesante que al final de este texto realizaras un cuadro comparativo que te permita confrontar estas visiones y extraer tus propias conclusiones.



I. EL POSITIVISMO

No hay orden sin progreso, ni progreso sin orden.
Comte

Se atribuye al francés Augusto Comte la paternidad de la sociología, pues fue el primer pensador en emplear este término para aludir al estudio científico de la sociedad (antes había considerado nombrarla como física social). Comte fue asimismo el fundador de un sistema filosófico conocido como positivismo (positivo significa cierto o real), el cual consiste esencialmente en tomar como válido únicamente al conocimiento científico que se ha obtenido por vía de la verificación experimental de los hechos. El galo insistía en que era posible aplicar al estudio de las ciencias sociales  el mismo sistema que resulta válido para las ciencias naturales.

La Ley de los tres Estados


 Comte realizó el análisis tanto de la realidad social como de la natural de los seres humanos, y encontró que existía un proceso de evolución en las concepciones de los hombres, desde cosmovisiones primitivas y supersticiosas hasta sistemas de pensamiento que engloban la comprensión objetiva del mundo. De ahí reconoció que había un  principio que regía este desarrollo: la Ley de los tres Estados (o estadios).

  1.  ESTADO TEOLÓGICO
  2.  ESTADO METAFÍSICO
  3.  ESTADO POSITIVO

La humanidad comenzó su evolución social con un estado primitivo denominado  teológico o ficticio. Este grado tiene una clara similitud con el pensamiento infantil, pues en él se atribuye buena parte de los fenómenos naturales y sociales a la intervención de agentes mágicos o imaginarios: objetos, dioses, duendes, demonios, etc. Si tronaba, por ejemplo, era porque un dios hacía sonar un martillo sobre un yunque; si temblaba,  porque otra divinidad se sacudía, y si algunos pueblos caían en desgracia o  eran aniquilados se debía que a habían  sido infieles a su creador, etc. Comte distingue a su vez tres grados  evolutivos del estadio teológico: fetichismo (animación de los objetos), idolatríapoliteísmo y monoteísmo.


Históricamente, el Estado teológico tendría correspondencia con el periodo que va desde el origen la sociedad humana hasta la Edad Media.

Viene despues el Estado metafísico o abstracto. El monoteísmo de la etapa anterior resultó ser  una síntesis útil que preparó  al pensamiento humano para comenzar a especular sobre algunos principios generales que podrían  sustituir a las divinidades arcaicas, y explicar la realidad: sustancia, cualidad, finalidad, relación. Se habla también de fuerzas o principios no definidos  que serían los motores principales de los fenómenos.



En la historia tendría su precedente en el pensamiento clásico de los griegos, y alcanzaría su apogeo en la época que va desde el Renacimiento hasta el estallido de la Revolución francesa.


Por último, se llega al Estado positivo o científico. Este representa para Comte el punto en que se  alcanza finalmente la madurez del pensamiento humano. Se renuncia expresamente a buscar las causas de los fenómenos sociales y naturales en principios abstractos; se recurre en su lugar a la invocación de leyes científicas que han sido ratificadas por la experiencia y un cuidadoso raciocinio. Solo aquello que es comprobado entonces por los hechos y es acorde con la mentalidad científica, se acepta como válido; se rechaza todo tipo de especulación metafísica.



Para el pensador francés, tal estadio coincidiría con el triunfo de los principios de la Revolución francesa, y se extendería en el tiempo, pues la visión filosófica del positivismo era optimista y de fe en el progreso y orden que aportaría  a la humanidad la victoria final de esta mentalidad.




II. EL FUNCIONALISMO

La primera regla, la más elemental, es considerar a los hechos sociales como cosas.
Durkheim 


El también francés Emilio Durkheim es uno de los máximos exponentes de una segunda corriente sociológica  que pretende explicarnos los fenómenos sociales: el funcionalismo. Siguiendo la tendencia positivista de Comte, el funcionalismo de Durkheim estima  que a los fenómenos sociales se les debe aplicar una metodología de estudio tan rigurosa como la empleada con los fenómenos naturales.  Y la sociología para él viene a ser entonces "la ciencia de los hechos sociales", independiente de cualquier otra disciplina, como la sicología o la filosofía.
Los hechos  sociales en sí mismos son  pensados por Durkheim como objetos o "cosas" (choses)  que deben ser separadas del grupo de individuos para su análisis, y consisten en  maneras de actuar, pensar y sentir que son externas al individuo y están dotadas de un poder de coerción por el que se imponen en él. Algunos de estos "hechos sociales" son la moral, la religión y el derecho. Entonces, los  hechos mencionados trascienden al sujeto, pues son anteriores a él  en el tiempo  e incluso le  sobreviven. Y se considera que son interiorizados en el individuo por medio de la educación que este recibe. Su poder de sujeción es tan grande porque los miembros de la sociedad se exponen a la reprobación y rechazo  de esta si no actúan conforme a ellos.

 

La noción de estructura orgánica de la sociedad




El enfoque de Durkheim es funcionalista y contempla a la sociedad como un cuerpo integrado por normas e  instituciones que deben trabajar apropiadamente para que el organismo completo goce de "salud" (equilibrio social). Como cada institución social  se asemeja a un órgano interconectado con otros, el que uno de dichos órganos deje de funcionar o no lo haga de modo correcto, amenaza con corromper o colapsar al cuerpo social entero.

 

La división del trabajo social

 

Uno de los puntos más interesantes de la visión social de Durkheim consiste en afirmar que el motor de los cambios sociales radica en la creación de nuevas ramas del trabajo social.


Durkheim aseveraba que un solo valor posibilita la unión o cohesión de la sociedad: la solidaridad.  Existen dos tipos de ella relacionados con las diferentes etapas de la evolución social: la solidaridad mecánica y solidaridad orgánica.  

La solidaridad mecánica surge de la llamada "conciencia colectiva" (creencias y nociones morales en común) y  se asocia a las formas más primitivas de organización social donde en la práctica no existe la especialización en el  trabajo, y los individuos se diferencian muy poco los unos de los otros. En este contexto los vínculos de clase y la identificación son fuertes, por lo que no se dan los conflictos de gravedad entre los particulares. En cambio la denominada solidaridad orgánica es un hecho presente en las sociedades modernas en las que la conciencia colectiva ha perdido fuerza, y la unión de sus miembros se establece más por interés o necesidad que por un auténtico sentimiento social, pues en una comunidad así los individuos han desarrollado un grado de particularización tal que solo un conjunto de personas desempeña determinadas tareas que son vitales para el resto del grupo. Todos requerimos, por ejemplo, de un médico, un abogado, un transportista,  etc.




Pero hay veces en que pese a la solidaridad orgánica del conglomerado moderno, la vida corre tan rápido y  surgen nuevas profesiones a un ritmo tan vertiginoso, que los individuos pueden llegar a considerar que se encuentran  al margen de cualquier grupo social, y que su labor es vacía y carente de sentido. A esta patología social Durkheim la llama anomía, y representa una ausencia total de solidaridad social.




III. EL MARXISMO



Este nuevo enfoque social es  conocido también como Materialismo Histórico, que trata de la interpretación de la realidad de las sociedades con base en las condiciones materiales y económicas de los hombres. Fue propuesto por el filósofo alemán Karl Marx.

                   
 La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases.
                   Carlos Marx

Para poder entender esta visión social del mundo, debemos conocer antes algunos conceptos básicos del marxismo.



LAS CLASES SOCIALES


La sociedad como la entendemos no es en modo alguno una organización homogénea de individuos con las mismas condiciones materiales. Vemos, desde luego, a quienes poseen abundancia de medios económicos y ostentan poder y llevan cierto estilo de vida, agruparse en una categoría "superior"; luego a aquellos que trabajan o desempeñan un oficio o profesión y no se puede decir que se encuentren en situación precaria, pero tampoco en una de privilegio, en otra posición media; y finalmente quienes viven con escasos recursos económicos, o bien  carecen de ellos, en la parte inferior.





EL MODO DE PRODUCCIÓN



Este concepto se refiere a que cada sociedad a lo largo de la historia ha tenido una manera específica de producir los bienes y servicios que ha requerido su economía para funcionar. Algunos pueblos antiguos utilizaron, por ejemplo, la fuerza de trabajo de los esclavos; en la Edad Media se dio el feudalismo, sistema que consistía en hombres llamados siervos que trabajaban sin salario las tierras de un señor noble a cambio de protección y alimento; y en las sociedades industrializadas modernas se habla de obreros asalariados que fabrican los productos y mercancías que precisa nuestra economía.



LAS FUERZAS DE PRODUCCIÓN



Para el Marxismo se trata del conjunto de todos los agentes que han intervenido en el proceso de producción a lo largo de la historia, en cada periodo determinado: Desde los recursos naturales, como agua, madera de bosques, carbón, petróleo; pasando por los conocimientos técnicos; hasta la aplicación de la fuerza humana, o el empleo de nuevas tecnologías y maquinaria en el trabajo productivo



LAS RELACIONES DE PRODUCCIÓN


Podemos entenderlas dentro del Marxismo como el conjunto de relaciones que se establecen entre los hombres durante el proceso de producción para cada periodo histórico. Pueden ser laborales entre los agentes de producción, como las de subordinación a una autoridad o patrón; o de participación social en el trabajo productivo.






Una vez que hemos entendido las anteriores definiciones, estamos preparados para asimilar alguna afirmaciones esenciales de esta teoría social.


La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es una historia de lucha de clases (Los más ricos o propietarios de los medios de producción contra los que no poseen dichos medios).

  • El modo de producción se conforma como una suma de las fuerzas de producción y de las relaciones sociales de producción.


La sociedad capitalista está conformada por:

La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y mobiliario, por ejemplo, son construidos físicamente por miembros de esta clase; también los servicios son prestados por asalariados).


La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado. La burguesía puede dividirse, a su vez, en la burguesía muy rica, que no trabaja, y la pequeña burguesía: quienes emplean la mano de obra, pero que también trabajan. Éstos pueden ser pequeños comerciantes, empleados o profesionistas.


Para el Marxismo, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría terminado, la estructura económica sería producto de «la asociación de los productores libres», y la producción y distribución de los bienes se efectuaría según el criterio «de cada cual de acuerdo a su capacidad; para cada cual según sus necesidades».  


IV. LA TEORÍA COMPRENSIVA

La sociología es una ciencia que pretende entender interpretando la acción social para, de esa manera, explicarla causalmente en su desarrollo y efectos.
                    Max Weber


El alemán Max Weber es el mayor representante de una nueva tendencia de explicación social diametralmente opuesta  a los enfoques cientificistas del positivismo y el funcionalismo, y a la visión materialista del marxismo. Para Weber el punto de partida fundamental del método sociológico ha de ser el análisis e interpretación del comportamiento humano individual, y de las acciones que los agentes sociales llevan a cabo influidos por valores o motivaciones subjetivas. Es decir  que no debemos buscar las causas de los fenómenos sociales en estructuras  objetivas y externas, sino en la parte más íntima de los seres humanos, ahí donde afloran las razones de todos sus actos.



Weber enfatizó que el contexto sociocultural es determinante de todo tipo de conocimiento. Y creó una singular teoría de "los tipos ideales" para indicarnos cómo se puede construir arquetipos para comprender nuestra realidad.


También  sostenía (como bien lo señala Giddens)   que la ideología y los valores  de un contexto sociocultural específico son detonantes de los grandes cambios sociales. Al realizar estudios comparativos entre  credos  de diversas épocas y latitudes, encontró que había una correlación entre las ideas religiosas y algunos sistemas de producción. A título de ejemplo, es notable la vinculación que estableció entre los principios éticos del  protestantismo  y la Revolución industrial y el capitalismo.

El sociólogo alemán piensa asimismo que dentro del sistema capitalista existe una fuerte Organización presidida por el concepto de burocracia, el cual significa para Weber una forma de organización social, política y económica, que a su juicio constituye el instrumento fundamental del progreso social en el mundo occidental. Para este autor es un ejemplo supremo de racionalidad en las relaciones sociales, de manera que burocracia y eficacia son para él casi sinónimas (Rafael Alhama, Nuevas formas organizativas).

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 V. LA TEORÍA CRÍTICA

La acción comunicativa es una interacción mediada por símbolos.
                    Jürgen Habermas
 
El siglo XX vio surgir en Alemania a la llamada Escuela de Frankfurt, la cual agrupaba a una serie de pensadores de izquierda con fuertes influencias del marxismo, pero quienes ante una serie de eventos históricos que parecían contradecir las afirmaciones de Marx acerca del capitalismo y la revolución de la clase proletaria, comenzaron a poner en entredicho los supuestos del materialismo histórico. De tal círculo intelectual surgiría la llamada Teoría Crítica, un esfuerzo por purgar al  marxismo de todos sus errores metodológicos y señalar con ello  a las ciencias sociales una nueva senda con la incorporación de las ideas del subconsciente de Freud, y las del gran filósofo alemán Kant.

 
La teoría de la acción comunicativa: Habermas

 

Jürgen Habermas fue un filósofo social adscrito a la Teoría Crítica que nos presentó una novedosa visión  interpretativa de la sociedad: la Acción Comunicativa, la cual se refiere a la interacción de al menos dos sujetos capaces de lenguaje y de acción que (ya sea con medios verbales o con medios extraverbales) entablan una relación interpersonal.

Por principio, Habermas piensa  a la sociedad humana como estructurada por una compleja red de sistemas donde los individuos son libres para elegir una línea de acción; pero lo harán respetando algunos conceptos predefinidos.

Luego, considera que el hecho del lenguaje es la base sin la cual no sería posible ningún tipo de actividad intelectual,  o social humana. Y el mismo lenguaje operará siempre bajo algunos imperativos si pretende ser el vehículo de la auténtica comunicación entre los hombres:


  1.  INTELIGIBILIDAD: el mensaje debe ser claro y entendible para los demás.
  2.  VERDAD:  lo que se expresa debe ajustarse al contenido objetivo de la realidad.
  3.   RECTITUD: los hablantes entablarán el diálogo ateniéndose a ciertas reglas establecidas y aceptadas por el consenso general.
  4.  VERACIDAD: lo que los hablantes declaren debe corresponder a lo que piensen en realidad. Toda falta a la verdad imposibilitará la comunicación.
Sin embargo en la práctica la comunicación puede no estar funcionando  bien, ya sea porque algunos hablantes ejercen - abierta o veladamente- su poder o influencia para tratar de imponer sus opiniones a los demás sin la debida base argumental; o debido a que se intenta cimentar el diálogo sobre conceptos falsos o equívocos que violan los ya mencionados acuerdos del lenguaje.


Ante tal situación anómala que genera malentendidos, Habermas sugiere recurrir al diálogo argumentativo (lo llama discurso) como medio para conciliar las diferentes posturas y restablecer la genuina comunicación.

Sobre la base de un lenguaje   que permita el correcto intercambio de la información, de modo que todos los individuos posean iguales oportunidades de participar y expresar su opinión en un diálogo cuya finalidad es  alcanzar acuerdos; Habermas estima que es posible fundar toda una moral y una política, y en suma una sociedad que pueda transitar por la senda del progreso.

 

 



jueves, 17 de septiembre de 2015

LAS FIGURAS LITERARIAS




Por Le Prof












TEMA M2











TEMA M7


Las figuras literarias, de estilo  o retóricas



Ya en otro lugar te hemos expuesto que el lenguaje humano cumple con  diferentes funciones según su contexto e intencionalidad. Ahora nos corresponde hablarte de algunas  formas  no ordinarias o poco convencionales de utilizar las palabras de la lengua, que suelen  aparecer en la producción literaria, donde se emplean para otorgar belleza, expresividad y cualidades de ingenio a los textos; aunque de algunas nos servimos también en la vida cotidiana.
Tales expresiones se denominan figuras literarias. Y examinaremos aquí  algunas de ellas, ordenadas alfabéticamente para su pronta localización.


La anáfora


Tiene la función de crear ritmo y sonoridad en la expresión a la vez que  enfatiza una idea que se quiere remarcar. También resulta muy útil si queremos hacer recordar una palabra o idea, por lo que se emplea mucho en publicidad.

En poesía la vemos como  la repetición de una o más palabras al principio de los versos, con este recurso  se origina  un efecto expresivo.

Consideremos los siguientes ejemplos.


Temprano levantó la muerte el vuelo
temprano madrugó la madrugada
temprano estás rondando por el suelo
No perdono a la muerte enamorada
no perdono a la vida desatenta
no perdono a la tierra ni a la nada

Miguel Hernández, Elegía

¡Guerra, guerra sin tregua al que intente
de la patria manchar los blasones!,
¡guerra, guerra! los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
¡Guerra, guerra! en el monte, en el valle,
los cañones horrísonos truenen
y los ecos sonoros resuenen
con las voces de ¡Unión! ¡Libertad!
       Himno nacional mexicano




La antítesis o contraste


En esta figura retórica se confrontan dos ideas contrarias empleando términos antónimos o expresiones gramaticales semejantes pero de sentido opuesto. La finalidad es conseguir que la idea expresada logre ser mejor asimilada.
Tenemos los siguientes ejemplos.



Es tan corto el amor,
y es  tan largo  el olvido
 

Pablo Neruda, Veinte poemas de amor 






¿Quién ha visto que tan varia
la fortuna se equivoque,
y que el dichoso padezca
porque el infelice goce?
Sor Juana


En publicidad resulta clara por la presentación de dos imágenes que nos ofrecen ideas contrarias. 

 

El asíndeton

 

Esta figura de estilo consiste en la omisión deliberada de algunos nexos naturales de la oración, de modo que la expresión resultante adquiere con ello un mayor ímpetu, vivacidad y agilidad, y así  gana en fuerza y expresividad.

Repasemos los siguientes ejemplos



Veni, vidi, vici (vine, vi, vencí)  Julio César




Mañana, mar, caricia, espejo, huella,

sonrisa, abrazo, cielo,vida reflejada,

es el beso la luz de tu mirada,

candil, aroma, flor, canción, estrella.

Antonio Pastor


Y en publicidad tenemos...

 

La elipsis

 

Es una figura retórica que consiste en omitir voluntariamente elementos de la oración que se sobreentienden por el contexto.Tiene la función de dar un mayor énfasis a la parte de la oración que no se omite a la vez que proporciona a la expresión una mayor fluidez, energía y poder sugestivo.

http://www.retoricas.com/2009/06/10-ejemplos-de-elipsis.html


Veamos algunos ejemplos. 

¿Qué tal? (¿qué tal te encuentras?)

por una mirada un mundo (daría)
por una sonrisa un cielo (daría)

por un beso... ¡Yo no sé
qué te diera por un beso!


Rimas, Gustavo Adolfo Bécquer

 

 En el anuncio anterior se ha suprimido el verbo estar (está) del eslogan.

 

 

 

El epíteto


Consiste en la enumeración de adjetivos calificativos que definen o caracterizan a un término. Aunque no es necesario añadirlos a las palabras por entenderlas suficientemente sin ellos, se agregan con el objeto de dar mayor realce a la expresión.

Revisemos ejemplos.



Por ti la verde hierba, el fresco viento

el blanco lirio y colorada rosa

y dulce primavera me agradaba…


Garcilaso

 
 

Noche oscura del alma...

San Juan de la Cruz







 

 



El adjetivo "oscuro" hace alusión al color característico de esta bebida, por ello se considera como un epíteto.

 

 

El hipérbaton

 

Es llamado también "inversión" o "transposición". Esta figura de estilo consiste en alterar el orden lógico y natural de las palabras que forman una oración. Podría ser el caso, por ejemplo, que se coloque primero el verbo y al final el sujeto gramatical. 

La finalidad del uso de este recurso puede ser dar un mayor énfasis a algunas estructuras sintácticas y por ello se colocan antes que otras; o dotar a la expresión de mayor nobleza y elegancia. Algunos poetas las han empleado para ajustar sus versos a ciertas necesidades estilísticas.

Analicemos ejemplos.
En poesía 



Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar

(«Las golondrinas oscuras volverán a colgar sus nidos en tu balcón»)
Bécquer



En el habla cotidiana:

Me encuentro bien, a Dios gracias (gracias a Dios)

Gracias mil (mil gracias) 

Si mal no recuerdo (si no recuerdo mal)
 

 

La hipérbole

 

Podemos caracterizar a esta figura con un solo término: exageración. Y es que con este recurso se pretende magnificar aspectos de nuestro mundo con fines que van desde la burla hasta la expresión poética intensa. En ningún caso se asume la hipérbole como una declaración que ha de ser tomada al pie de la letra, ya que resultaría imposible o cómica;  se trata tan solo de una forma retórica de comunicarse.

En el habla común tenemos abundantes ejemplos:

¡Te estuve esperando mil años!

La llamé millones de veces y nunca me respondió la muy...

Estaba hecha un mar de llanto.

Todo mundo lo sabe


En poesía:


Érase un hombre a una nariz pegado
 
Francisco de Quevedo 

Por tu amor me duele el aire, el corazón y el sombrero
Federico García Lorca

No hay extensión más grande que mi herida

Miguel Hernández

En publicidad: 

 

 
 

La metáfora

 

Figura literaria perteneciente a los llamados "tropos". Se da con la identificación de dos términos, uno real y el otro imaginado. Tal coincidencia es solo posible porque existe entre ambos una relación de significado o semejanza.


Revisemos ejemplos.

En el habla cotidiana:

Me salté algunas preguntas de la guía. (término real pasar por alto; imaginado saltar, por ser acciones análogas)

El tiempo es dinero. (término real, tiempo; imaginado dinero, por ser ambos valiosos)

¡Ponte las pilas!  (sugiere que la persona debe cargarse de energía, de modo semejante a un aparato al que se colocan las baterías)

Me armé de valor. (nos dice que el individuo cobró ánimo, comparándolo con proveerse de un instrumento para la defensa)


En poesía: 






El pájaro es una astilla
que canta y se quema viva
en una nota amarilla.




Octavio Paz

 

El gran poeta mexicano nos ofrece su visión de un ave (término real), a la cual compara en su imaginario  con una astilla (acaso por su esbeltez y ligereza), y su canto le sugiere la vivacidad y el color de una llama.


Mientras por competir con tu cabello,
Oro bruñido, el sol relumbra en vano...


Góngora 

El poeta español insinúa que el cabello de su dama (el término real) es semejante, por el brillo, al oro (término imaginado).


En publicidad:

La imagen nos proporciona una excelente metáfora visual, pues resulta evidente la sugerencia de un problema de halitosis, que puede resolverse consumiendo el producto anunciado.

 

 La insinuación  del brillo de las bombillas semejante al que se podría obtener en los dientes con el producto publicitado es a todas luces obvia.


La metonimia

 

Es una figura retórica que consiste en designar una cosa o idea con el nombre de otra con la cual existe una relación de dependencia o causalidad (causa-efecto, contenedor-contenido, autor-obra, símbolo-significado, etc.)
fuente:

http://www.retoricas.com/2009/06/definicion-de-metonimia.html 

Estudiemos algunos ejemplos.

Se hicieron honores a la bandera (en realidad a lo que esta representa).

Lo juró por la cruz (lo que ella simboliza).



En el museo exhiben un Picasso

(un cuadro del pintor Pablo Picasso).


 


Cómete tu plato de sopa (se refiere al contenido, desde luego).

Me tomé un vaso de refreseco (el contenido)

Leí a Platón (una obra del autor).

Escucho a Mozart (una obra del compositor)


En poesía:



Este amoroso tormento
 que en mi corazón se ve...

Sor Juana

 La religiosa nombra a su amante con el título de "amoroso tormento".
Este amoroso tormento
que en mi corazón se ve,





En publicidad:




La publicidad nombra claramente a la bebida como un término equivalente a la dicha.


La paradoja

 

 Se trata de una expresión que presenta dos pensamientos contradictorios, lo  que la hace ver en apariencia como falsa o carente de sentido. Pero basta con examinarla con mayor detenimiento  para entender que se trata del fruto de una honda meditación, y que puede implicar  ideas plenas de verdad y sabiduría.

 Consideremos los siguientes ejemplos.

Yo soy ateo, gracias a Dios.

Frase archisonada que parece haber sido pronunciada originalmente por el cineasta español Luis Buñuel. Denota sentido de burla y parece aludir  al hecho de que se ha perdido la fe por la imposición dogmática de algún credo, o por el comportamiento indigno de los hombres que dicen representar a la divinidad.



Al avaro las riquezas lo hacen más pobre (su variante: es tan pobre que solo tiene dinero)

 
La idea común es considerar como rico a quien posee bienes materiales y dinero, y pobre a quien carece de todo esto. Pero una visión más espiritual podría invitarnos a repensar estos conceptos. La verdadera riqueza- plenitud del corazón- puede residir en la satisfacción de  compartir y rodearse de gente sobre la que se prodigue  amor y dádivas. Aquel que escatime estos dones podría ser considerado en realidad como un individuo pobre (moralmente se entiende), por más propiedades o recursos que posea.


 
 Yo solo sé que no sé nada.

 Sócrates

Frase  célebre de un gran sabio griego, que en su humildad consideraba al hombre como un ser   que por muy sabio que se crea solo podrá tener la certeza de que es más lo que ignora que lo que conoce en verdad.


Y esta famosa poesía contiene elementos paradójicos:

Vivo sin vivir en mí
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.

Vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte, perderte;
(Santa Teresa)




Para los seres humanos comunes, la vida significa movimiento, y acción del cuerpo con sus respectivas funciones. La muerte es el reverso que nos sugiere un panorama desolador por su  aparente esterilidad y quietud. Por eso los versos de la mística nos parecen extrañamente contradictorios y faltos de sentido. Pero si reflexionamos un poco en su contenido, la propuesta de la santa es que la verdadera vida reside en una experiencia de trascendencia más allá de la muerte, donde se podrá por fin experimentar "la vida auténtica". Aquel que sabe esto considera entonces a la vida como un engaño y un verdadero espejo de muerte, y la única finalidad de transitar por ella sería el estar correctamente preparados para el ingreso a la vida real de ultratumba.



Hay lenguaje visual  que nos pueden sugerir también la presencia de paradojas.


¿Ves a una anciana o a una joven?



 

 

 

 

 

El paralelismo

Se considera una figura retórica de repetición de una misma estructura gramatical, o  de una misma idea con términos diferentes. Su finalidad es otorgar efectos rítmicos y estéticos a los escritos; o bien hacer énfasis en un concepto o pensamiento.

 Consideremos ejemplos.



 


La tierra más verde de huertos,
la tierra más rubia de mies,
la tierra más roja de viñas,


Gabriela Mistral


 

En los versos anteriores notamos cómo se reitera una misma estructura sintáctica: "la tierra..." en tres versos, lo que nos proporciona un delicioso efecto musical en la poesía.

Más allá de la vida
quiero decírtelo con la muerte;
Más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido. 

Luis Cernuda, Los Placeres Prohibidos

 

Sálvame Dios mío, de mis enemigos; librame de los
que me asaltan.
Sácame del poder de los que obran inicuamente;
y libértame de esos hombres sedientos de sangre.

 

(Salmo LVIII) 

En las líneas poéticas de  arriba notamos perfectamente el modo en que se repiten las ideas: librar de los enemigos y liberar de los hombres malos y sanguinarios.

 

La silepsis 

 

Esta figura se emplea cuando  se desea utilizar un mismo término o palabra con dos significados en una misma  composición para lograr en ella efectos cómicos o ingeniosos.




Dicen que era de muy buena cepa, y según él bebía era cosa para creer.


Francisco de Quevedo

 

El juego aquí consiste en los dos significados de la palabra "cepa". En el primer caso se refiere al origen o alcurnia de la persona; en el segundo, al retoño de una planta (en este caso la vid, de donde se obtiene el vino). Es decir, que a la persona referida le encanta "empinar el codo".

 


Y vemos aquí cómo el lenguaje visual también puede echar mano de esta figura de estilo. 




El símil  o comparación

 

Cuando piensas en la poesía clásica, es muy probable que  venga a tu mente la típica imagen del poeta romántico que lanza frases -a decir verdad ya muy gastadas- del tipo de "Tus ojos son como dos estrellas" o "Tu boca es roja como la sangre", etc.
Pues bien, este recurso de comparación entre dos términos  es llamado símil. Puede utilizar las partículas "como", "cual", "semejante a" u otras parecidas que permitan establecer explícitamente  el  parangón.

Consideremos un par de  ejemplos.





¡Oh, soledad sonora! Mi corazón sereno se abre, como un tesoro, al soplo de tu brisa…


Juan Ramón Jiménez, poeta español







Unos cuerpos son como flores
otros como puñales
otros como cintas de agua
......


Luis Cernuda, poeta español